En estos dos años ausente por el mundo del blog, me ha dado mucho tiempo para visitar y conocer nuevos sitios.
He realizado varios viajes de esos que nunca olvidaré y uno de ellos fue pisar tierras mejicanas, toda una experiencia!
Fue la primera vez que íbamos con el famoso TODO INCLUIDO y realmente repetiremos.
Siempre he sido un poco anti este tipo de vacaciones, pero ir a la Rivera Maya me llamaba mucho la atención, porque una cosa es ir a un todo incluido y no salir del hotel y otra diferente es no parar de disfrutar del hotel y las excursiones.
Teníamos muy claro que no nos íbamos a volver a España sin visitar una de las nuevas maravillas del mundo, así que cogimos una excursión para ir a Chichén Itza.
Ya sabéis que me encanta organizarlo todo antes de llegar a mi destino, así que cuando llegamos allí ya teníamos más o menos claro con que agencia queríamos ir y la verdad es que no nos decepcionaron. Gracias a foros y muchísimas opiniones positivas acabamos con Infocenter (otro día intentaré explicaros la aventura en Playa del Carmen para localizar la agencia y la de cantidad de personas que nos pararon para vendernos sus excursiones)
Nos pasaron a buscar al hotel bien tempranito para aprovechar el día al máximo. Algo que nos gustó mucho fue que en vez de recogerte con un súper autocar para 30-40 personas, te recogen con una "van", como llaman ellos a las furgonetas, en la que íbamos 4 parejas, todo muy familiar.
Tuvimos la gran suerte de dar con unas parejas muy majas que nos hicieron aún más agradable el día.
El viaje a Chichén Itza fue largo, no os sabría decir si unas 2-3 horas, ahora no recuerdo bien, pero en todo momento la guía nos fue explicando la historia maya y resolviendo dudas y curiosidades.
Al llegar a la zona arqueológica lo que más recuerdo fue el calor que pasamos, realmente sofocante. La guía nos explicó que al ser una explanada y el suelo tener un determinado material aun se concentraba más el calor en esa zona.
Actualmente no se puede subir a la pirámide, pero ya el hecho de estar al lado impresiona, sobretodo cuando te explican toda su historia.
La pirámide recibe el nombre de Templo de Kukulcán, esta construida de tal forma que suceden dos acontecimientos sorprendentes, el primero tiene que ver con los equinoccios de primavera y otoño en los cuales durante unos 45 minutos se puede ver como con la luz del sol y la estructura de la pirámide se forma la figura de una serpiente en el lateral de la pirámide y la otra es que si aplaudes ( o haces un ruido suficientemente alto) se produce un eco con sonido a canto de pájaro típico de la zona.
Así que tras dar un par de palmadas, seguimos con el recorrido, vimos la zona donde practicaban el juego de la pelota, compramos recuerdos y nos acercamos a ver el cenote sagrado.
Para comer, comimos en un buffet del hotel que esta al lado de la zona arqueológica, nos ofrecieron un espectáculo típico de la zona y comimos de todo un poco, no me acabó de convencer, creo que fue el único pero de todo el día.
Al volver paramos para refrescarnos en uno de los cenotes más conocidos de la zona, el cenote Ikil, muy concurrido pero tan bonito que mereció la pena.
Y por último, una parada en la ciudad de Valladolid.
Hablamos y charlamos con el resto de parejas mientras nos tomamos unos refrescos y cafés, fue el momento de desconexión de la excursión.
Os intentaré seguir explicando el resto de excursiones otro día.
Un saludo y buen viaje!
FOTOGRAFÍAS: Raquel L.R - 2011
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