La primera vez que salí de mi país, fue para una pequeña escapada de estudios al país vecino, Francia.
Fue una escapada con los compañero de clase, y el objetivo era simple, pasarlo bien y practicar lo poquito del idioma que habíamos podido aprender en los últimos dos años.
La primera parada fue Perpinyan. Recuerdo que para aquel entonces las cámaras digitales aun no formaban parte de nuestra vida diaria, pero yo como buena aficionada a la fotografía no olvide llevar conmigo mi analógica favorita.
Tras varias horas en la ciudad, nos dirigimos al pequeño pueblo costero de Colliure, realmente una preciosidad. Su castillo nos encanto, y como estábamos en pleno mes de mayo, pudimos disfrutar de un día soleado e incluso tomar un helado.
Fue un día muy movido e intenso ya que ese mismo día volvíamos para casa.
Fue una escapada con los compañero de clase, y el objetivo era simple, pasarlo bien y practicar lo poquito del idioma que habíamos podido aprender en los últimos dos años.
La primera parada fue Perpinyan. Recuerdo que para aquel entonces las cámaras digitales aun no formaban parte de nuestra vida diaria, pero yo como buena aficionada a la fotografía no olvide llevar conmigo mi analógica favorita.
Tras varias horas en la ciudad, nos dirigimos al pequeño pueblo costero de Colliure, realmente una preciosidad. Su castillo nos encanto, y como estábamos en pleno mes de mayo, pudimos disfrutar de un día soleado e incluso tomar un helado.
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