Valencia (Parte II)

El segundo día, volvimos al CAC pero esta vez nos dirigimos a l'Hemisfèri. Me llamó mucho la atención que el edificio estuviera diseñado con la forma de un ojo, ya que en su interior su función es la de un cine, con una pantalla enorme en la que sin la ayuda de gafas anaglíficas (típicas del 3D) te sientes dentro de la película. En nuestro caso, decidimos ver una película llamada El Misterio del Nilo, ya que cuando fuimos nos pareció la mejor opción. Fue entretenida, pero no os voy a engañar, era más la curiosidad de ver como era el tipo de proyección que ver la película en si.

Al salir, serían ya las doce del mediodía, así que en cuanto vi un puestecito de orxata fresca, no lo pensé dos veces y me pedí un vasito para refrescarme, estaba realmente buenísima, fue la primera horxata en valencia, pero no la última. Tras, hacernos miles de fotos y dar un paseo, decidimos ir a comer a un restaurante de buffet libre que vimos el día anterior. En cuanto entramos vimos que había una gran variedad de platos, pero yo no me lo pensé mucho y fui directa a la paella.

¡Mirar qué pinta!

¿Qué mejor que una buena paella valenciana?

Después de llenar la barriga, nos fuimos directos a l'Oceanogràfic.

Se divide en ocho zonas: Ártico, Mediterráneo, Antártico, Océanos, Templados y Tropicales, Islas y Humedales.

Fue lo que más me gustó de la ciudad de las artes y las ciencias de Valencia, sobretodo la parte en la que puedes ver belugas, pingüinos, focas, leones marinos y morsas. Supongo que es lo que más me llamó la atención porque es lo que normalmente no esta tan visto.

También es muy impresionante ver la cantidad de peces que viven juntos y lo grandes que pueden llegar a ser los acuarios en los que habitan.

Al final del día fuimos a ver el espectáculo de delfines, en el delfinario, un show muy recomendable, ya que los entrenadores acaban en los aires junto con los delfines, bailan todos un rock & roll, dan palmas e incluso cantan.

Acabamos de ver la parte que nos faltaba y nos quedamos para ver la zona iluminada. Cenamos y antes de irnos para el hotel, nos fuimos una horxateria en la que hacían de todo con la horxata, desde la típica horxatita, pasando por el helado de horxata, crema, o mezclas con las que ya no nos arriesgamos tanto. Eso si, todo buenismo acompañado de fartons, una especie de pasta que en esta horxateria nos los ofrecieron calentitos y nos comentaron que lo típico era tomarlos mojándolos en la horxata.


FOTOGRAFÍAS: Raquel L.R.