Siguiendo con la segunda parte del post del otro día (aquí), hoy os hablaré de Venecia y Verona.
Nuestra primera visita tras bajar del vaporetto que habíamos tomado en Punta Sabioni fue la Piazza San Marco, paseamos por la zona y vimos el exterior de la Basilica y del Palau Ducal. Subimos al Campanile de San Marcos por 3€ y disfrutamos del Venecia desde lo alto.
Subimos a una lancha-autobus para disfrutar del Gran Canal. Paseando pudimos ver el puente más conocido de Venecia, el Puente Rialto y también el Puente de los Suspiros
No nos íbamos a ir de Venecia sin dar un paseo en góndola y comprar unas máscaras venecianas. Así que tras comer en uno de los muchísimos restaurantes con terracita que hay en la ciudad, nos fuimos a regatear. Sí regatear, nos habían avisado de que no aceptásemos el primer precio que nos dijesen así que regateamos con uno y con otro para ver quien nos lo dejaba más barato. Tengo una gran laguna sobre el tema precio de las góndolas, igualmente supongo que desde 2004 a ahora la cosa estará bastante cambiada así que lo mejor que consultar algún foro antes de ir para saber hasta donde uno puede o no regatear. Sobretodo tener en cuanta que hay diferentes recorridos y el precio por persona disminuye si el numero de personas que se sube a la góndola es mayor.
Así que tras un buen rato que si sí que si no, subimos cinco chicas muy ilusionadas a la góndola veneciana. El gondolero fue muy simpático, nos hizo fotografías y nos iba explicando por donde pasábamos.
Tras el paseo, nos fuimos en busca de máscaras asequibles, recorrimos varios puestos hasta encontrar lo que íbamos buscando (algo económico). Fue muy difícil decidirse, había muchos tipos, formas y colores...
Antes del atardecer nos juntamos con el resto del grupo para volver al hotel.
Al día siguiente nos tocaba volver a recoger las maletas y subir al autocar rumbo a Milán. Pero como suele pasar con un grupo tan numeroso de personas (acordaros que os comenté era un viaje de final de curso) por la mañana nos retrasamos un poco y a última hora el plan de viaje cambió. En vez de conocer Milán pasaríamos el último día por tierras italianas en Verona, ciudad conocida por la historia de Romeo y Julieta.
Me encantaron las callecitas de Verona. Primero fuimos al Anfiteatro Arena, que es el segundo más grande de la epoca romana tras el Coliseo de Roma.
Tras disfrutar de la magnitud del anfiteatro nos fuimos a ver y a tocar a Julieta , si aunque suene raro, a tocar, porque dicen que si le tocas un pecho a la estatua de Julieta trae buena suerte, así que como suele pasar con todas estas cosas tocaba hacerse la foto de rigor con mano en el pecho de Julieta y el balcón de fondo. Al entrar a La Casa de Julieta, lo que más me impresionó fue la cantidad de mensajes de amor que hay escritos en las pareces, están unos sobrescritos a otros, no había ni un hueco de pared sin pintar.
Un recuerdo muy bueno que tengo de esta ciudad son las heladerías que se veían por todas partes, es algo habitual en toda Italia, pero he de reconocer que en Verona llamaban la atención.
Y tocaba volver a Barcelona, eso sí, por fin dejamos el autocar en el puerto de Génova y subimos al Grandi Navi Veloci de la compañía Grimaldi, barco que tenia de todo para disfrutar las 18 horas que separan Genova de Barcelona.
Disfruté mucho el viaje a Italia, por la compañía y lo que representaba, (el fin de una época, la primera vez que salía del país por unos días) pero he de reconocer que cuando se viaja así uno no disfruta tanto como si se organiza uno mismo el viaje y va con un numero menor de personas, así que no descarto en un futuro volver a visitar al menos Florencia y Venecia que fueron las ciudades que más me gustaron.
Un saludo y ¡buen viaje!
FOTOGRAFÍAS: Raquel L. y Ana R. (2004)
Desde el Campanile se pueden admirar unas magníficas panorámicas de Venecia, las fotos son preciosas. En Verona, vemos que han aumentado los mensajes, en el año 2008 no llegaban hasta el balcón como ahora.
ResponderEliminarSaludos.