28.12.11

Fin de año en la Puerta del Sol, Madrid

Hoy os propongo un plan muy divertido para despedir el año.
Cada año en casa es tradicional ver las campanadas de fin de año en la televisión y cada año vemos a toda la gente que se acerca a la plaza de la Puerta del Sol a comerse las uvas y darle la bienvenida al año nuevo. 



El fin de año del 2009 nos unirnos a ese grupo de personas que deciden comerse las uvas en la Puerta del Sol. Unos meses antes lo organizamos todo, alquilamos un apartamento de chicas a unas calles de la plaza y pasamos unos días en Madrid visitando amigos y familiares. 


Cenamos en el apartamento y nos bajamos con los vaqueros puestos y el abrigo a comernos las uvas. Si no tenéis uvas no os preocupéis, en el acceso a la plaza nos dieron unas uvas, pero de las envasadas. 


Cada año veíamos como la gente recibía el año con pelucas, gafas enormes, algunos disfrazados... así que el día de antes nos fuimos a la Plaza Mayor, plaza en la que se ponen unos puestecitos navideños muy típicos en Madrid y nos compramos unas pestañas postizas doradas enormes. Así que abrigadas, con cava, uvas y pestañas postizas recibimos al 2010.






Es una experiencia única, pero hay que reconocer que no lo haría cada año, por el frío... Eso si, es de esas cosas que hay que hacer una vez en la vida.


No se si tendré tiempo de actualizar antes de fin de año, así que OS DESEO A TODOS UNA MUY BUENA ENTRADA DE AÑO Y TODO LO MEJOR PARA EL 2012 y sobretodo ¡A SEGUIR VIAJANDO EN ESTE AÑO NUEVO QUE ENTRA!




FOTOGRAFÍAS: Raquel L.R.

22.12.11

Le Grand Place en Navidad, Bruselas (Bélgica)

Corazón de la ciudad de Bruselas, Le Grand Place me resultó preciosa, con el juego de luces y el ambiente navideño.






Como ya os dije en el post de Brujas (aquí), me fui con unas amigas a Bélgica a ver a otra amiga.  Llegamos al hotel, del cual ya os hablaré porque era impresionante, hicimos el plan de viaje y nos fuimos a ver las luces del ayuntamiento





Como algunos ya sabréis, me encanta el chocolate, disfruté muchísimo viendo fuentes de chocolate, figuras enormes y tiendas con todo tipo de bombones. Una autentica delicia. Para los que os paséis por allí, os recomiendo los de Leonidas, son mucho más baratos que Godiva y están realmente buenos.





Muy cerquita de la plaza, en la esquina de la Rue de l’Etuve y la Rue du Chêne esta la famosa estatua del niño meón, o más conocido como El Manneken-Pis, algunos dicen que esta allí en honor a un niño que fue capaz de apagar un fuego en esa calle haciendo pis, otros dicen que se hizo en honor al hijo de algún noble de la zona. Tiene uno museo con todos sus trajes, unos 675 aproximadamente, nosotros pudimos verlo con uno de ellos y sin el.





Sabíamos que tenia una hermanita, no tan conocida, llamada Jeanneke Pis y que esta situada en la Impasse de la Fidélite, un pequeño pasaje que sale de la Rue des Bouchers, esta bastante escondida, pero en una de nuestras visitas al Delirium Café la fuimos a ver. Sobre Delirium Café ya os hablaré en otra ocasión porque se merece un post. (edito para añadir el enlace al post de Delirium Café, aquí)




Me encantó pasear por la ciudad, estaba todo precioso, acabamos en una feria navideña muy típicas por todo el país, ya que ciudad que visitábamos, ciudad que tenia una, con su noria y pista de hielo.







Aprovecho el post de hoy para desearos unas ¡FELICES FIESTAS Y FELIZ NAVIDAD!, espero que disfrutéis muchísimo de estos días.


Un saludo y ¡buen viaje!


FOTOGRAFÍAS: Raquel L.

13.12.11

Mini-Trekkig Glaciar Perito Moreno, El Calafate (Argentina)

Imágenes, fotografías, para algunos son solo eso, algo que visualizar, para mí, significan momentos, recuerdos de aquello que no se quiere olvidar, vivencias y aventuras, cada una con su significado y con su historia detrás.

Las de hoy tienen detrás un día maravilloso, lleno de alegría, expectativas cumplidas, naturaleza y novedades.

Por mucho que os cuente, os pasará como a mi me pasó, hasta que no estas delante del glaciar no puedes imaginarte su grandeza. No solo en tamaño, sino en belleza y tranquilidad. 

Lo que más me impacto fue que mirase donde mirase veía paisajes totalmente diferentes a lo que estaba acostumbrada.

Durante el camino de El Calafate a el embarcadero en el que subimos al barco Perito Moreno no me despegué de la ventana del autocar, bueno nos os voy a engañar, me tocó sentarme al lado de un chico poco amigable que ni me saludó y entre foto y foto que hacia el muchacho, yo apreciaba el paisaje, montañas nevadas, el lago argentino con el agua turquesa, algún caballo o vacas con mucho pelo.




Subimos al barquito. Charlamos con varias parejas españolas que estaban de viaje por tierras argentinas como nosotros, cada uno nos explicó sus excursiones y sitios visitados.

Y allí estaba, tras unos minutos navegando lo vimos, con tonos blancos y azules, nos estaba esperando el Glaciar Perito Moreno.





Desembarcamos y Emmanuel, el guía del mini-trekking, nos explicó que haríamos y nos dividió en dos grupos, los que hablábamos español y los que no.

Dejamos nuestras mochilas y la comida en una cabaña de madera ¡y para el glaciar que fuimos!
En medio del camino Emmanuel nos explicó como se formaban los glaciales. El dato más curiosos es que el Glaciar Perito Moreno es el único que avanza al día una media de 2 metros, algo que hace que sea muy visitado.

Nos dividimos en grupos más pequeños y nos pusieron los crampones, un tipo de calzado con pinchos que se ata al calzado que uno lleva para poder caminar sobre el hielo.





La sensación de caminar con los crampones puestos fue muy divertida, al principio desorienta un poco. Nos explicó el guía que hay que caminar con cuidado separando bien las piernas para que los pinchos de un pie no se crucen con el otro y así evitar tropiezos. 

Emmanuel fue un guía muy majo, la explicación de como subir y bajar por el hielo me encantó: “Para subir, tenéis que hacer como los pingüinos y para bajar, como los monitos”. Y allí que estábamos todos practicando, para subir con los pies separados para fuera y bien rectos; para bajar, espalda para atrás y rodillas bien altas.
No es difícil, se lo recomiendo a todos los que vayáis por allí (hay limitaciones por edad), merece mucho la pena, el color blanco del hielo, los riachuelos  azules turquesa, pequeños lagos con agua cristalina y el color azul, el color azul me volvía loca.




Nos dieron una sorpresita, nos habían preparado una mesa de madera con vasos, una botella de whisky y alfajores. Cogieron un cubo que también estaba por allí y picaron hielo del glaciar. Nos sentó genial.

Volvimos a la zona donde nos habían puesto los crampones y nos los quitamos. De vuelta a la cabaña, charlábamos de lo bonito que había sido. Coincidíamos con varias parejas más que la experiencia es única, que no se nos había hecho ni larga ni corta, comentamos que habíamos dudado entre hacer el mini-trekking o el que duraba más tiempo. Pero no nos arrepentimos de haber hecho el corto, para mí, más que suficiente. 


Por el camino, pudimos ver el contraste del verde de los arboles con el agua del lago y el glaciar de fondo, realmente no se aprecia bien en las fotografías. La tranquilidad, el aire tan puro que se respiraba, la paz del lugar, son cosas que no se plasman en las imágenes.





Comimos algo y nos fuimos de vuelta al barco, tocaba visitar las pasarelas, pero eso es algo que ya os contaré en otra ocasión.

Un saludo y ¡buen viaje!

FOTOGRAFÍAS: Raquel L.

6.12.11

Tres días por Buenos Aires (Argentina)

¡Hola viajeros!


Como ya os dije (aquí) el primer día en Buenos Aires lo pasamos ubicándonos un poco. Ese mismo día decidimos coger el bus turístico para dos días. El segundo día durante la ruta nos bajamos en La Boca.
Paseamos entre sus calles llenas de colorido, escuchando tango y como todo hay que decirlo, un poco agobiados por el ambiente turístico.  En El caminito mucha gente intentándonos vender cosas, diciéndonos que entrásemos en sus restaurante, que parasemos para hacernos fotos...
















Caminando un poco y saliendo del bullicio de El caminito encontramos El Paraíso, un antiguo conventillo convertido en un restaurante. Comimos fenomenal y disfrutamos mucho de la música en directo.







Volvimos a coger (o tomar como dicen allá) el bus, rumbo al cementerio de Recoleta. Durante el paseo en bus, vimos el hipódromo, el campo de Polo, volvimos a pasar por Puerto Madero y por muchos sitios más que ya os intentaré concretar en otro post dedicado al bus turístico de Buenos Aires.


Nos pasó lo mismo que el día anterior, otra vez llegamos tarde para ver el cementerio. Decidimos quedarnos dando un paseo por los Bosques de Palermo, un lugar precioso. La Facultad de Derecho es un edificio impresionante. Justo al lado se encuentra el Parque de las Naciones Unidas, en el se encuentra una flor metalizada que esta abierta durante día y por la noche se cierra con un espectáculo de luces. Por desgracia, ese día no tuvimos mucha suerte, la estructura estaba en reparación y nos quedamos sin poder ver como se cerraba. 




Tomamos otra vez al bus en la parada justo enfrenta del Museo de Bellas Artes, pudimos ver la ciudad de noche iluminada. 































Ese día acabamos con varias conclusiones sobre la ciudad: 
  • Todos los coches llevan los cristales tintados, incluso los de delante, algo que nos pareció muy curioso ya que en España esta prohibido.
  • Hay publicidad por todas partes, incluso en los carteles que te indican el nombre de las calles.
  • ¡El trafico esta loco! Nos dimos cuenta que daba igual si los peatones teníamos el semáforo a nuestro favor, los coches te pasaban casi rozando.
  • Me pareció muy bonito que las calles de la zona de Puerto Madero tengan nombre de mujeres importantes en la historia de Argentina.
  • Hay camiones por todas partes, notamos mucho la contaminación y eso que venimos de una ciudad que también es grande, pero claro comparada con Buenos Aires, Barcelona se queda pequeñísima.
Al día siguiente fuimos directos al Cementerio de Recoleta. Paseamos entre mausoleos y esculturas.





Ese día andamos y mucho, caminando por avenida Libertador pudimos disfrutar del ambiente de Palermo Chico.
En Palermo Chico pudimos ver la embajada de España entre otras y las plazas y parques que hay por la zona.



Subiendo por avenida Sarmiento pudimos ver a mano izquierda el zoológico de la ciudada, desde fuera mientras andábamos vimos alguna jirafa, avestruces y flamencos. Llegamos a la plaza Italia y seguimos subiendo hasta llegar a Palermo Viejo. Palermo SoHo nos enamoró. Parece una miniciudad. Preciosas cafeterías, ambiente muy chic, tiendas de diseño en cada esquina, restaurantes con muy buena pinta, ¡hasta las fruterías tenían glamour! 









Ese día viajamos en el famoso Subte de Buenos Aires, ¡casi morimos de calor!. Como siempre digo, uno no valora lo que tiene en casa hasta que conoce otros sitios, yo que cada día voy en metro a trabajar, no me imagino como debe ser ir en metro en pleno verano en la ciudad de Buenos Aires, con lo calurosa que soy yo.


Tras la experiencia de subir en el subte nos bajamos en la avenida 9 de Julio. Estuvimos de compras por avenida corrientes, calle florida y avenida de mayo.

Y no nos podíamos ir de Buenos Aires sin visitar el Café Tortoni, otro día con más tiempo os hablaré de el.


Un saludo a todos y ¡buen viaje!

FOTOGRAFÍAS: Raquel L.R.


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